Hoy es su cumpleaños.
Vino a mi vera con una carta en sus manos. Llena en contenidos pero vacía para ella.
No quería leerla.
-No la voy a leer.
-¿Por qué no?
-No hay nada que me interese dentro.
Entonces abrió el sobre y me entregó la tarjeta.
-¿Mmh?
-Ábrela, léela y algún día, ya me contarás.
Me dió la espalda y se fue.
La leí y comprendí su miedo, su odio y repulsión contra aquél trozo de cartón.
Era de su padre, el que los había abandonado..a ella y a sus hermanos.
Eran palabras relucientes de arrepentimiento, marcadas de culpabilidad y
deseos de prosperidad para ella.
No sueñes tu vida, vive tu sueño.
Vino a mi vera con una carta en sus manos. Llena en contenidos pero vacía para ella.
No quería leerla.
-No la voy a leer.
-¿Por qué no?
-No hay nada que me interese dentro.
Entonces abrió el sobre y me entregó la tarjeta.
-¿Mmh?
-Ábrela, léela y algún día, ya me contarás.
Me dió la espalda y se fue.
La leí y comprendí su miedo, su odio y repulsión contra aquél trozo de cartón.
Era de su padre, el que los había abandonado..a ella y a sus hermanos.
Eran palabras relucientes de arrepentimiento, marcadas de culpabilidad y
deseos de prosperidad para ella.
No sueñes tu vida, vive tu sueño.
En estos tiempos que vivimos, conviene ser pragmático antes que soñador. ¡Qué le vamos a hacer!
ResponderEliminarestoy segura de que en el fondo quería leerla, pero el miedo traicionero no la dejó hacerlo
ResponderEliminar:)
me recuerda a una amiga mía.
ResponderEliminarse moría por leerla en realidad.
pero el odio es muy fuerte.
beso gigante :)
ven..
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